Esta bodega de la Denominación de Origen Rías Baixas destaca por ser el reflejo fiel de la historia y la tradición de este privilegiado lugar de Salvaterra de Miño. La calidad de sus productos la convierte en una empresa familiar de gran proyección
El saber de los antepasados se ha tomado como base para el buen hacer de los vinos en Señorío del Sobral. Esta empresa de la Denominación de Origen Rías Baixas ubicada en la subzona de Condado do Tea presume de ser “una de las bodegas familiares gallegas de más proyección”.
Son cuatro las generaciones que se han visto directamente vinculadas al mundo de la enología. Todo empezó con “el bisabuelo, poseedor de algunas tierras en las que cultivaba su viñedo con el cual producía vino que vendía para apoyar la economía familiar. A partir de entonces, su continuador, el abuelo, amplió la actividad dedicándose profesionalmente al comercio al por mayor de vinos”, explican desde esta bodega.
Con esta influencia como fondo, Antonio Lago, hijo del anterior, quiso un paso más allá. Conocedor en sus viajes de los avances de la viticultura y la enología decidió, en 1973, adquirir la Finca de Sobral. Se trataba de “una antigua bodega situada en Salvaterra, parroquia de Porto, en la orilla del río Miño”, indican desde esta bodega. Enclavada en un lugar privilegiado escogió estas instalaciones “para desarrollar su particular ambición: un vino gallego de gran calidad”.
Los orígenes de la Finca del Sobral también tenían relación directa con el vino. “Según los archivos históricos municipales, ya en los primeros años del segundo tercio del XIX, pertenecía a la Encomienda de Santa María de Beade, de la Orden de los Caballeros de Malta, quienes alegraban sus celebraciones en el caserón de la finca, donde se conserva todavía parte de la prensa de origen celta”, explican desde esta bodega.
Su respeto a los orígenes se refleja también en el escudo señorial de la Finca del Sobral –en el que figura el sarmiento con sus hojas- que se puede ver en la botella de la marca de vino que elaboran en esta bodega y que lleva su mismo nombre. “Es el fiel reflejo de la historia y tradición del lugar”, concretan.
Asimismo, la habilitación de esta bodega, cuyos inicios son anteriores a la constitución de la Denominación de Origen Rías Baixas, se llevó a cabo, siempre respetando “el antiguo caserón –datado del siglo XV– incorporando la más moderna tecnología enológica que, combinada con la sabiduría de la experiencia familiar proporciona una perfecta dualidad que nos permite combinar artesanía con tecnología y tradición con modernidad”, explican.
La primera cosecha la realizaron en 1976, “siendo esta muy corta y repartiéndola entre un selecto grupo de clientes y amigos”, afirman. Desde entonces, la aceptación de su buque insignia, el vino Señorío del Sobral, entre el público no ha parado de crecer. De hecho, “hemos incrementado el 500% la capacidad de producción para lo cual se ha dotado de almacén anexo y muelles de recogida de uva; pero, a pesar de los tiempos y del transcurrir de la actividad, la edificación histórica sigue siendo el corazón de la bodega”, afirman desde esta empresa vitivinícola.
En constante evolución
Desde sus comienzos, Señorío del Sobral siempre ha seguido una línea paralela al estudio de los últimos avances para mejorar la elaboración de su Albariño Rías Baixas. En este sentido, se sigue llevando a cabo “la incorporación de nuevos equipos enológicos que nos permitan mantener e incrementar la constante de calidad de nuestros vinos. Cada año, incorporamos aquellos equipos que consideramos pueden ser mejorables”, explican.
Y es que el verdadero premio para la familia Lago Vidal “es la aprobación de los consumidores, lo que nos ha permitido convertirnos en líder de ventas del exigente mercado gallego, por conocimiento y variedad, y con la satisfacción de incumplir aquello de que nadie es profeta en su tierra”, concretan. Este éxito viene dado por una filosofía muy clara a la hora de elaborar sus vinos:
“Autoexigentes, con dedicación y con cuatro generaciones de nuestro conocimiento familiar, a la que sumamos los más recientes avances enológicos”, afirman. Todo ello lleva a que el Albariño 100% Señorío del Sobral haya recibido destacados premios como los Baco de Oro, o el Citadelle de Plata, Medalla de Oro en Bourdeos, siendo galardonados en países de gran prestigio vinícola, como Francia e Italia, llegando incluso a ser incluido en el ranking de los mejores blancos del mundo.
Unos esfuerzos realizados por la familia Lago que están recibiendo su justo reconocimiento. El siguiente paso será, pues, transmitir todo este saber vinícola a la quinta generación para continúen con esta saga de excelentes bodegueros incluidos dentro de la D.O. Rías Baixas.