Temperaturas suaves y abundantes precipitaciones. El cultivo de la uva albariño

Albariño bien fresquito para un verano caluroso, el binomio perfecto para estas vacaciones pero, ¿pueden las temperaturas veraniegas influir en la cosecha de uva? Apenas quedan dos meses para la vendimia en las Rías Baixas, que suele realizarse sobre el mes de septiembre, y hoy os explicamos sus peculiaridades.

Cuando hablamos en otro post sobre las particularidades climáticas de estos vinos atlánticos, habíamos comentado ya las bondades de la orografía gallega y su clima, que condicionan que el producto final, nuestro albariño, sea óptimo.

Temperaturas suaves, fuertes precipitaciones y apenas grandes diferencias entre las temperaturas diurnas y nocturnas son los factores idóneos para el cultivo de la uva. A esto le sumamos que en invierno y primavera las temperaturas oscilan entre los 9 y los 10 grados sin heladas en la zona costera que perjudiquen su crecimiento mientras que, por contra, su caudal de lluvias es abundante, superando los 1.500 mm al año.

Y si hablamos del Atlántico, pronto nos viene a la mente el tan anhelado anticiclón de las Azores con sus temperaturas más veraniegas que impiden la llegada de frentes y perturbaciones y hasta 2.200 horas de sol. En este caso es también la zona de las Rías Baixas un paraíso climatológicamente hablando puesto que los frentes pasan por las Rías Altas sin apenas afectar al Val do Salnés, Condado de Tea, Soutomaior, O Rosal y Ribeira do Ulla.

Humedad, cultivo en espaldera

Sumergidos ya en pleno periodo estival, poco queda para poder disfrutar de la época de la vendimia en las Rías Baixas que suele ser durante el mes de septiembre, variando las fechas de una añada a otra dependiendo de la climatología veraniega: su temperatura, horas de sol y ausencia de granizadas y heladas que condicionan la maduración de la uva albariño.

En siguientes posts ahondaremos en estas peculiaridades climatológicas que favorecen el grado de maduración y acidez de nuestros albariños Rías Baixas y de cómo bodegas bajo nuestra Denominación de Origen apuestan por el I+D+i para mantener la calidad de los vinos, sujetos a los constantes cambios climatológicos de la Tierra.