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Visita de Juan Fernández Cuesta: En busca de experiencias en la D.O. Rías Baixas

Con la excusa de ver como evoluciona la añada 2012 de los vinos de Rías Baixas, el periodista especialista en vinos de ABC, Juan Fernández Cuesta, acudió a esta Denominación de Origen. La experiencia consistió en una cata de 15 vinos en el Pazo de Mugartegui, sede del Consejo Regulador, así como visitar bodegas: “me gusta catar personas, como digo  yo, conocer quién está detrás de los vinos de la diferentes bodegas de Rías Baixas” y busco “vinos con personalidad propia”, admitió Fernández Cuesta.

El momento se presentaba idóneo para catar vinos en rama con todos sus aromas florales, también para catar por tanques, por viñedos. En definitiva para ver cómo influyen los diferentes suelos de Rías Baixas en la elaboración final de nuestros vinos, de ese terruño del que presumimos: “Los vinos de Rías Baixas son más importantes de lo que parecen”.

Los vinos de la D.O. Rías Baixas todavía se están elaborando, la mayoría de las bodegas admiten que la añada 2012 estará en el mercado a partir de mayo o junio de este año. Pero con este viaje Juan Fernández Cuesta sí que podrá adelantar que las añadas 2011 y 2012 son diferentes: “y es que no hay una añada igual a otra”. La añada 2011 en Rías Baixas, calificada como Muy Buena: “tiene vinos divertidos,  frescos, fáciles, sabrosos que gustan a todo el mundo –argumenta el periodista-, mientras que la añada 2012 destacará por contar con vinos impactantes, interesantes, con una acidez integrada, más finos, elegantes con narices impresionantes. Si tuviera que pensar en una añada para durar pensaría en la 2012, va a demostrar la capacidad de envejecimiento” explica Fernández Cuesta.

Dicen los profesionales del sector de Rías Baixas que las añadas frías son las que mejor envejecen. Este será el caso de la añada 2012, cuyo ciclo vegetativo fue muy largo: la pasada floración en Rías Baixas tuvo lugar en mayo, además la primavera fue muy lluviosa y, el envero se produjo en el mes de septiembre, así que las bodegas de Rías Baixas esperaron mucho para vendimiar en busca de la maduración óptima y de la mejor calidad.

En esa búsqueda de experiencias, de intercambio de ideas, Juan Fernández Cuesta tuvo la oportunidad de disfrutar de lo que más le gusta de catas verticales en las diferentes bodegas que visitó. Probó una añada de 1992, también algunas de 2002, 2009, entre muchas otras. Como cabía esperar “los vinos de Rías Baixas dieron la cara en todo momento”, dice el periodista especializado. Hasta el de la añada del 92 sorprendió al profesional y al bodeguero, quien con estás palabras lo describió: “el que tuvo retuvo”. Fernández Cuesta se emocionó y dijo: “impresionante”. Me reafirmo en que “la variedad albariño son dos uvas distintas, la uva del año fresca, y la que evoluciona y madura”.

Tenemos que animar a los visitantes que disfruten del enoturismo que se acerquen a la Ruta do Viño Rías Baixas deberían siempre buscar experiencias con vinos de distintas añadas y comparar. “Es una experiencia maravillosa con vinos para enamorarte para quedarte con ellos y disfrutar” asegura Juan Fernández.

Una buena experiencia que esperamos repetir con esta y otras visitas.

EN VOZ BAJA

Nos encontramos a un Juan Fernández Cuesta con un look diferente, más tranquilo y pausado.

Sorprendidos por su nueva barba. Confiesa que la lleva por enfermedad, pues tiene parte de la mano derecha paralizada. Pero valorar… LE QUEDA MUY BIEN!!!

Confiesa que le gustaría elaborar su propio vino, procedente de su terruño y hecho por el mismo… ES ALGO QUE HARÁ EN UN FUTURO!!! Esperamos catarlo.

Le gusta… MIRAR EL SUELO DE LAS BODEGAS. Siempre mira para abajo.

Catar un vino Rías Baixas: la vista

Para disfrutar al máximo del vino siempre es interesante tener en cuenta algunos aspectos de esta bebida. Al final y al cabo, aprender a catar un vino, como por ejemplo un Rías Baixas, debe ser una experiencia grata y completa que va más allá del mismo momento en el que se ingiere este fascinante líquido. Las fichas de cata suelen hablar de taninos, untuosidad, paso en boca y un largo etcétera de términos que no deben asustarnos a la hora de aprender a catar vinos ata o para sencillamente para probar un vino nuevo.

La cata, como muchas otras actividades, requiere de práctica y experiencia, por lo que lo más importante es disfrutar de la experiencia, rodearse de un grupo de amigos que nos ayuden a ir descubriendo nuevos matices y no tener miedo a probar cosas nuevas.

cata vino blanco Rías Baixas, fase visualTambién será interesante estar en una habitación sin exceso de olores, con buena luz, y tener una superficie blanca que nos permita ver el vino correctamente. Las tostadas o los picos de pan ayudarán a descansar a los paladares cansados. Una vez puestos en materia, podremos comenzar con la fase visual de la cata, en la que nos fijaremos en el aspecto del vino, lo que nos dará pistas sobre la clase de uva usada, en su tono o en su grado de turbidez.

En los vinos blancos como muchos de los vinos de la D.O Rías Baixas, los colores que encontraremos variarán entre el amarillo pálido o pajizo hasta el dorado o ambar. En esta fase también nos podremos fijar en el “lagrimeo” de la copa, el rastro que el vino deja cuando removemos el líquido en su interior. Este detalle nos informa sobre su fluidez, densidad, grado alcohólico y glicerina, aunque no deberemos decidir o valorar un vino exclusivamente por lo que podamos detectar en esta fase, ya que el vino deberá pasar por los otros sentidos, el olfato y, como no, el gusto, ya que será el conjunto de todos ellos lo que determinará nuestra opinión final sobre el vino en cuestión.

La IV Cata das Añadas, por Fernando Gurrucharri

El pasado mes de noviembre tuve la oportunidad de participar como jurado en uno de los certámenes que considero más interesantes y atractivos de cuantos se han promovido enla España vinícola recientemente, la Cata de la Añadas que organiza, de forma bienal, el CRDO Rías Baixas. Son ya más de 30 años como profesional del sector vitivinícola, y mi experiencia en todo este tiempo me ha permitido disfrutar de la evolución tan importante que nuestro sector ha vivido en términos cualitativos, y una parte básica de esta transformación ha estado basada en la viticultura, en el carácter y personalidad de nuestras variedades.

Entre ellas, en mi opinión el Albariño ocupa un lugar muy destacado entre las variedades blancas, y es por ello y por su importante repercusión en los mercados nacionales e internacionales, que iniciativas como esta Cata de las Añadas o el Concurso Internacional Albariños al Mundo (permítanme la intromisión) quela UEC ha puesto en marcha recientemente, no hacen sino enriquecer y potenciar el conocimiento y valoración por los consumidores, de los diferentes estilos que pueden alcanzar sus vinos.

No es fácil transmitir en un país como el nuestro, acostumbrado a consumir los vinos blancos en su formato de vino joven, una realidad que en otros países como Francia o Alemania es un hecho indiscutible: los considerados grandes vinos blancos son aquellos que por su carácter son capaces no solo de aguantar sino también de mejorar con el paso del tiempo. Estos grandes vinos elaborados con variedades nobles comola Riesling, Chardonnay, o Gewurztraminer, al igual quela Albariño, esconden tras su juvenil perfil sensorial, un potencial de envejecimiento exclusivo de muy pocas variedades.

La Cata de las Añadas me volvió a demostrar, que ese potencial es cada vez más trabajado por las numerosas bodegas dela DO RíasBaixas, con un nivel medio de los vinos presentados que alcanzaron el notable en lo que a mis valoraciones personales se refiere. Todo un síntoma del buen trabajo que se está desarrollando a nivel tecnológico, donde la crianza en deposito sobre lías, esta demostrando un camino muy bien definido a seguir, y que animo también a trasladar al ámbito comercial, no solo a nivel nacional sino también internacional.

Sin ningún lugar a dudas,la Albariñoes una imagen de marca de incuestionable valor, pero su proyección futura como varietal dependerá en buena medida, del hecho de dar a conocer a todos los consumidores, y en particular en los principales mercados exportadores, la amplitud de los estilos sensoriales y cualitativos que puede desarrollar.